REALIDAD HISTÓRICA Y CULTURAL DE LA SEXUALIDAD.

EVANGELIO Y HOMOSEXUALIDAD.
MTRO. JESÚS HERNÁN PUERTO SIMÁ.
Las realidades sexuales han sido muy diversas desde el origen de la humanidad, lo cual presentamos en esta segunda parte de la serie. Las diferentes culturas han legitimado unas prácticas sexuales y han censurado otras mediante el establecimiento de reglas impuestas a la comunidad es lo que presentamos en este segundo capítulo.
Entre la variedad sexual que identificamos en las diversas civilizaciones y culturas, además de la heterosexual, que es la mayoritaria y generalizada (y procreativa), existen otras realidades sexuales que, aunque minoritarias y particulares, no dejan de ser realidades nuestras. Es decir, conviven en el espectro social como una realidad entre otras más.
Si hemos de aceptarlas o rechazarlas, es otra cuestión. Así pues, contamos con: a) Personas homosexuales, hombre o mujer, que sienten atracción fija, emocional, romántica, sexual hacia personas de su propio sexo; b) Personas bisexuales, hombre o mujer, que puede experimentar una atracción sexual, emocional y afectiva hacia personas de su mismo sexo y del sexo opuesto; y c) Persona transexuales, hombre o mujer, que se siente psicológicamente atrapada en un cuerpo del sexo contario, por lo que algunas de estas personas deciden ser intervenidas quirúrgicamente para cambiar de sexo.
Estas realidades están señaladas por su orientación sexual, que es diferente de la conducta sexual, ya que aquella se refiere a los sentimientos y al concepto de uno mismo. No mencionamos a las personas travestis y a las personas intersexuales (hermafroditas), ya que representan casos muy diferentes entre sí.
¿Cuál es el origen de la homosexualidad?. ¿Es hereditaria esta orientación sexual? ¿Se origina en la alteración de un gen?. ¿Es fruto de un desequilibrio hormonal?.¿Se adquiere por contagio?. ¿Se llega a la homosexualidad por un factor educacional?. ¿Es una enfermedad?.
La homosexualidad no es una enfermedad ni los padres o las familias parecen tener responsabilidad en ello, ya que los grupos familiares en los que surge un homosexual (o más) son diversos. No hay respuestas concluyentes a la pregunta de qué puede hacer homosexual a una persona; sin embargo, en la mayoría de los seres humanos, la orientación sexual, sea esta cual fuere, se evidencia a muy temprana edad. Sin embargo, independientemente de las diversas teorías existentes sobre el origen de la homosexualidad, la opinión que defendamos sobre ella va a depender en última instancia de las ideas o conocimientos que cada uno de nosotros tenga. ¿Cuál es entonces el origen de la homosexualidad?. Respuesta: ¡No lo sabemos!.
¿Qué es “normal” o “natural” en la sexualidad humana?. Basándose en el estudio teológico (en el triple reduccionismo de Génesis 1:27-28: heterosexualidad, penetración y procreación) se ha puesto la etiqueta “contra natura” a todo aquello que no es funcionalmente generalizado; es decir, que no tiene el fin exclusivo de la procreación.
La NORMA es una apreciación objetiva, lo NORMAL es una apreciación subjetiva. La correspondencia erótico sexual, rica y variada, sin finalidad procreativa, puede ser percibida subjetivamente como normal por la pareja aunque no se ajuste según a la norma, sin dejar de ser legítimo.
La identidad y la orientación sexual de un individuo no se determinan exclusivamente por el sexo biológico, pero no por ello deja de ser natural. Y si la identidad y orientación sexual vienen determinadas por factores biológicos, psicológicos, cognitivos, tanto para heterosexuales como para homosexuales, ¿no será entonces tan “natural” en un caso como en el otro?. Pues bien, por factores complejos (naturales) que desconocemos, algunas de cada cien personas (entre el 2 y el 4%) devienen naturalmente hacia una orientación homosexual exclusiva.
Este reduccionismo tiene una visión estrictamente genital de la sexualidad y por ende de la relación de la pareja. Pero la relación sentimental entre dos personas la configuran otras facetas además de la mera sexualidad genital. Este concepto estrictamente genital reduccionista es el que induce a pensar (creemos que equivocadamente) que solo es “natural” aquello que, además de ser generalizado, produce “algo”: procrea. Pero, en la sexualidad humana, lo “natural” o “normal” no es solo lo que tiene como fin procrear. Una cosa es lo “normal” y otra es la “norma”.
De la abundante literatura no científica que hallamos en folletos, artículos de revistas y, sobre todo, en Internet, es fácil percibir que existen dos tendencias claramente posicionadas: la que reivindica la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), y la que se opone a esta reivindicación, especialmente representada por los grupos religiosos más conservadores, de cualquier Iglesia. Estas reivindicaciones son totalmente contrapuestas: La comunidad religiosa conservadora consideran la homosexualidad un “desorden moral” producido por una “patología”, ofrecen terapias reparativas para que los homosexuales cambien su orientación sexual.
Por el contrario, la comunidad LGBT defiende el sentimiento de su orientación sexual, que tomaron conciencia de él desde la infancia. La comunidad LGBT intenta ayudar a los homosexuales a aceptarse como tales, ofreciéndoles ayuda moral y psicológica ante la presión e incomprensión que sufren, incluso de sus propios familiares. En ambos casos, es el usuario quien decido que camino elegir.